El contrato, que asciende a mil millones de pesos, incluye tareas de limpieza, diagnóstico, recuperación, reparación, recolección de escombros y basura en todas las estructuras de estabilización.
“Las tareas de mantenimiento se realizan cada año, siendo de suma importancia la limpieza de los drenes, pues estas estructuras son las que se encargan de conducir las aguas lluvias de la meseta, con el fin de retardar el proceso de erosión”, así lo indicó Humberto Prada, subdirector de la Gestión Ambiental Urbana Sostenible.
Las cuadrillas de trabajo están conformadas por un maestro, un oficial y siete ayudantes, quienes iniciaron las labores en los barrios La Independencia, Transición, Manuela Beltrán y Albania, donde se encuentran ubicados taludes y estructuras de contención.