Claudia Flórez, ingeniera de la CDMB y encargada del seguimiento al proyecto, explicó que “se quiere conocer la calidad del agua desde el nacimiento; en la confluencia del brazo que viene de los barrios Santa Ana, Guanatá y Lagos Uno y la confluencia de la quebrada la Zapamanga”.
En total se han realizado cinco recorridos por la quebrada, durante los cuales se ha verificado que aunque hay afectaciones relacionadas con basuras, vertimientos y franja de aislamiento, la fuente hídrica se puede salvar y convertirse en un circuito eco turístico, como lo propone la universidad. De la recuperación de esta quebrada se beneficiarán cerca de 15 mil habitantes de siete barrios.
Esta iniciativa también la apoyan Empas, la iglesia Católica, la comunidad y la administración municipal de Floridablanca.
Las muestras de laboratorio que se tomen hoy serán analizadas en los laboratorios de la CDMB y de su resultado dependerán las acciones a seguir en el proceso de recuperación.