En medio de la nostalgia por verlos partir después de 8 meses de convivencia, los veterinarios que trabajan en la Finca la Esperanza, procedieron a sacarlos de las jaulas que tuvieron de hogar, para acomodarlos en la “caja de transporte”, que les permitiría volar hasta la capital de Antioquia.
Estos “pasajeros de primera clase”, considerados así por la importancia que tienen para nuestra biodiversidad, pasaron inadvertidos entre los ciudadanos que a las 11 de la mañana del jueves abordaron el avión. Los funcionarios de la CDMB, cumplieron con los protocolos sanitarios y de seguridad necesarios para que los 3 monos accedieran a la zona de carga del aeropuerto, y así terminara la primera parte de su travesía, que busca devolverlos a su ambiente natural.
Ahora en el Parque Zoológico Santa Fe, estarán como “estudiantes”, que tienen que aprender nuevamente los comportamientos de la jungla, para aspirar a regresar con una manada a los bosques colombianos.
Iniciaron un proceso que se puede tardar 2 años, en el cual reaprenderán a aullar, a treparse en árboles, y a convivir en grupo. Después de este tiempo se sabrá si pueden volver a la vida silvestre, o definitivamente el hombre los condenó al cautiverio.
Se estima que el proceso de recuperación de cada uno de los monos puede alcanzar un costo de 6 millones de pesos.
Todo esto podría evitarse, si el ser humano no traficara con este tipo de animales, que son cazados con fines comerciales, afectando el equilibrio de nuestros ecosistemas.