El animal es amenazado por los cazadores ilegales que se apoderan de su alimento tradicional, la carne de monte, de animales como faras, ñeques y perezosos. La especie se ve obligada a salir en búsqueda de comida en las fincas, localizando especialmente terneros.
La bióloga Caballero explica que es necesario que los campesinos encierren su ganado en las horas de la noche para evitar ataques. Además si advierten la presencia del animal, puede ser espantado haciendo ruido o utilizando una luz potente.
Trabajo de la Corporación
La CDMB actualmente trabaja con la Fundación Pantera, en un diagnóstico sobre este tipo de población en los municipios de Tona y Charta. El estudio busca hacer una radiografía real de la problemática de los felinos con el ganado de la zona.
En las próximas semanas se realizará una charla con la comunidad de la vereda Magueyes para conocer el avance de la situación y hacer recomendaciones técnicas acerca de las opciones que tienen los pobladores frente a la misma.