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Funcionarios y agentes de ambas instituciones realizaron este miércoles un recorrido por las veredas Guarumales, de Tona, y Cristales y Sevilla, de Piedecuesta, verificando el estado de ejemplares vegetales que subsisten allí dispersos entre bosque nativo o cultivos de mora.

 

Los propietarios de los predios donde se encuentran estas palmas nativas, cuya explotación está prohibida en Colombia debido a encontrarse en vía de extinción, reiteraron ante las autoridades su compromiso para seguir conservando esta especie e impedir su aprovechamiento.

 

En  la sede B del Instituto del Oriente, en la vereda Sevilla, de Piedecuesta, los funcionarios de la CDMB y los agentes de la Policía de Protección Ambiental realizaron una sensibilización a los estudiantes y profesores para proteger el que fuera declarado árbol nacional mediante la Ley 61 de 1985.

 

Allí fueron entregadas 500 plántulas de palmas de las especies manilas y arecas para que sean sembradas y propagadas. El aprovechamiento de estos ejemplares sí está autorizado por la Corporación, previo trámite del permiso respectivo, así como las espeicies maclenque, macana,iraca o nacuma, almendrón, colorada y palmiche.

 

Operativos de control

 

Las dos instituciones continuaron con las actividades de control de la palma de cera este jueves y hasta el próximo Domingo de Ramos, inclusive, con operativos en las plazas de mercado de Bucaramanga y en las salidas de los municipios de Tona, Floridablanca y Piedecuesta que en el pasado fueron ruta de la comercialización ilícita.

 

López Oviedo recordó que mediante Resolución 1986 de 1994, la CDMB declaró la veda de la palma de cera en los 13 municipios de su territorio. Dijo que en este territorio “la especie se ha conservado” y, en cambio, “ha disminuido el aprovechamiento del cogollo”.

 

De hecho, la última incautación la hizo la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga hace tres años en la parte alta de Piedecuesta.