Hoy como Autoridad Ambiental y como cabeza visible de la entidad responsable de proteger los recursos naturales, sólo me queda invitarlos fraternal y cordialmente a reflexionar sobre este tema, a concientizar a los niños y a los jóvenes para que ahorren el preciado líquido y adopten buenas costumbres y a los adultos mayores a que sean responsables con los hijos de sus hijos.
Revisando la profusa literatura que los medios de comunicación publican hoy sobre el Día Mundial del Agua, estudios recientes nos alertan que la escasez y contaminación del agua, la falta de control de los gobiernos y la poca conciencia sobre su importancia, hacen parte del sombrío panorama que se cierne sobre el preciado líquido.
La investigación nos recuerda sobre la problemática mundial sobre el acceso de la población al agua y cómo esto representa riesgos y oportunidades para la industria y para el sector de los servicios públicos, encargado de su tratamiento, regulación y distribución.
“A medida que la población crece va aumentando el consumo. Esto significa que a la par con el previsible crecimiento poblacional en el mundo, la demanda del líquido, seguirá en aumento”, y eso que significa? Pues que las empresas de acueductos y de servicios públicos, en general, cambien sus prácticas comerciales, es decir que como el agua va a ser escasa, dichas empresas deberán cambiarse a un modelo que permita preservar y administrar las fuentes naturales de agua para hacerlas sostenibles. Ello implicaría, entre otros, unos mayores costos para el usuario del servicio.
No pretendo ser alarmista ni mucho menos catastrófica, pero las cifras y los mensajes de los expertos son muy preocupantes: por ejemplo nos dicen que en 2025, cerca de 2000 millones de personas vivirán en países o en regiones en donde la escasez de agua será absoluta y los recursos hídricos por persona estarán por debajo de los 500 metros cúbicos anuales recomendados.
Y también afirman que “Casi mil millones de personas carecen de acceso a fuentes mejoradas de agua potable y el número de personas que no tienen acceso al agua corriente en las ciudades es mayor hoy que a finales de los años 1990.” Y rematan señalando que “La cantidad de agua dulce de las capas polares, glaciares y acuíferos profundos no es utilizable. El agua dulce que se puede usar viene del agua de lluvia”.
Y en pocas palabras qué quiere decir todo lo anterior?, pues que a pesar de la generosidad del Todopoderoso y la abundancia hídrica de la que gozamos los colombianos, el agua se nos acaba y de seguir las cosas así, debemos reiterar la deducción que nos señala que sí en los próximos años se presentara una nueva guerra mundial, esta sin duda será por la lucha y el poder sobre el agua.
Basta ya. Esto es una cruzada nacional e internacional y un compromiso de todos y solo entre todos podemos evitar que la tragedia ocurra. Estamos a tiempo, ojalá no reaccionemos demasiado tarde.
ELVIA HERCILIA PÁEZ GÓMEZ
Directora General CDMB