Ella adaptó 5 jaulas con todas las especificaciones técnicas para que, Emma, Shakira, Tola, Maruja, Benitin y Eneas, entre otros, pasen un cautiverio agradable en medio de su amor incondicional.
Para Ester Lucía tener a este grupo de animales ha sido una oportunidad que le ha dado la vida de cumplir un sueño; desde niña llevaba animales maltratados a su casa paterna para ayudar a recuperarlos. Dice que heredó de su padre el gusto por los animales, pero ella lo superó, por eso aunque tiene un gran número, aún piensa en adoptar más, “hasta que pueda económicamente”, asegura.
Las jaulas son hogares acondicionados en donde Ester comparte casi todo su tiempo con los animales adoptados. Emma, una imponente mica araña tiene en su casa una hamaca y hasta una pequeño comedor para recibir las visitas de su nueva familia. “Se trataba de eso, de poder pasar mucho tiempo con ellos, jugando, consintiéndolos, dándoles afecto, ellos eran animales que en principio no los trataron muy bien, por eso al principio eran esquivos, pero hoy ya me siento con ellos, y se sientan en mis piernas”.
La relación entre Ester y los animales es tan estrecha, que algunos se pelean por estar a su lado cuando los alimenta. Esta “mamá estrella” no tiene preferencias por ninguno, porque dice que son una familia, y los considera sus hijos.
Estas especies rescatadas por la CDMB están vigiladas las 24 horas del día por su nueva madre. Para ello Ester instaló cámaras de seguridad en las jaulas para monitorearlos, y permanecer atenta de sus necesidades.
Y es que en la casa de Ester hay una regla de oro que conocen sus parientes y empleados, y la cual menciona con firmeza, “aquí primero son los animales, nadie puede maltratar un animal, no se puede tener mal un animal, se van primero los humanos que ellos”.
Ester Lucía Ardila se convierte en un ejemplo de amor por la naturaleza digno de imitar, y con el cual se comprueba que la tenencia autorizada de fauna silvestre es una buena opción para la recuperación de las especies que han sido víctimas de los traficantes y maltratadores.
Por: Javier Santoyo
Fotos: Frank Chagualà
Enviados especiales Oficina de Prensa CDMB